Poe..
No tiene nada que perder.
(La vida se la robaron y el ánimo también.)
Errante y perdido, oculto por el manto de la noche,
camina ebrio y descalzo, envuelto en su miserable desdicha
en el silencio desnudo de la terrible noche, patética y fría.
Vagando sin rumbo, por las calles en las que habita,
su sombra se proyecta al cruzar cualquier esquina
trazada por la luz de la farola encendida,
gigantesca y difusa, bajo la cornisa su aspecto atemoriza
con el ánimo encendido en esa noche temida.
cargada de resentimientos su gigantesca mochila,
Sus ojos inyectados en inmensurable irá por la pérdida adquirida,
mientras sus lágrimas de rabia se deslizan por sus rojizas mejillas
en el rostro, una mueca en lugar de una sonrisa,
esconden su intención de locura desmedida.
Ha perdido su hacienda, a perdido su vida,
por la imposición de una ley fratricida.
la mano en el bolsillo sigilosa se desliza,
empuñando con firmeza el acero bajo la oscura gabardina.
Furtivo entre los gritos de la multitud se oculta,
para cometer su delito sin sentimiento de culpa.
Ya no tiene nada que perder, la vida se la robaron
y el ánimo también.
solo piensa en su venganza
sentimiento que en su desesperación alcanza
pues ya no le queda un ápice de dignidad o esperanza
el responsable caerá atravesado por el acero del frío puñal
y en su delirante acto le gritara,,
me arrebataste por la espalda
lo que hoy yo te arrebato mirandote a la cara
la prensa comentara que un loco cometió un acto mortal
un resumen sesgado de una triste y penosa realidad.
Recuerdos de otros tiempos.
Sé que permanezco en tus recuerdos, aunque no lo quieras,
aunque te haga daño y hasta me odies por ello.
Sé que las olas del mar, acercan hasta tu orilla el olor de mi pelo
en algún instante, sin previo aviso y sin pretenderlo.
Porque colgado en el pasaje de nuestras vidas, quedo ese tiempo
que compartimos, que disfrutamos sin entendernos.
Sé que la memoria oculta vanidosamente algunos recuerdos,
por ser dolorosos o dañar profundamente nuestro ego...
...o intentar ocultar el egoísmo de querer ser siempre los primeros.
Sé que las vivencias se ordenan de algún modo que no comprendemos.
Quizás, por colores, por emociones o sentimientos,
se dispersan y difuminan en el espacio y en el tiempo,
para enseñarnos. Quizas, o quizas, para protegernos
de nosotros mismos, de nuestras carencias o nuestros apegos.
De las adictivas emociones, empujadas por fábulas y cuentos.
Idealizadas en un espacio distinto y en un distinto contexto,
que ya no existen, que se archivaron en el armario de los recuerdos.
En aquellos que un día fuimos y que nunca más seremos.
Una guerra silenciosa se fragua en estos tiempos.
A la vista de todos y oculta entre los ciegos.
Es una lucha esperada, anunciada por nuestros ancestros.
Predecida en los libros sagrados de todos nuestros maestros.
Quizás sea la última, la última de nuestros tiempos.
Donde forjan voluntades de aquellos que no quieren verlo.
No quieren territorios, ni riquezas, ni dinero.
Quieren nuestras almas, repletas de recuerdos.
La vida que nos habita en este pequeño cuerpo,
repleto de ilusiones de esperanza y de anhelos.
El combate es feroz, con palabras de hierro y fuego,
que se clava en el alma, destrozandonos por dentro.
Nos quieren despojar del amor de nuestros nietos,
del recuerdo de la lucha que libraron nuestros abuelos.
De la sangre derramada, de los millones de muertos,
que con sus vidas pagaron, lo que hoy son privilegios.
Es una lucha constante, silenciosa y despiadada,
impregnado todo con su falsa propaganda.
Nos venden ideas absurdas, vacías, sin esperanza,
con ilusorias recompensas que se desvanecen al tocarlas.
Es una nueva lucha con una vieja espada,
que atraviesa las ideas para después derrotarlas.
Estamos en una guerra de intelecto y perspicacia,
que vacía de contenido, toda nuestra esperanza,
pervirtiendo el significado de las importantes palabras,
tomadas con gran astucia, con el fin de manipularlas.
Creando espejismos absurdos, para ganar la batalla.
Está en nuestras manos creerles, o escuchar lo que nos hablan,
poniendo nuestra atención, en cada una de sus palabras.
Escuchar lo que nos dicen, sin intentar interpretarlas,
porque el significado está impreso, intrínseco en la palabra.
Un viaje maravilloso
un viaje maravilloso anido en mi regazo, como una golondrina en mi tejado, que vuelve a reconstruir su nido
año tras año, año tras año
un camino interminable con millones de guijarros
reapareciendo en el recuerdo de los grandes olvidados
que lejos quedo aquel tiempo, de las sombras encumbrado
el viaje se hizo eterno, el camino, empedrado
y mi pecho se conmueve por aquellos lejanos años
que distinto se ve hoy desde esta orilla enmarcado
que lindo fue aquel viaje
que pretendió ser un cambio
de una vida de penuria soledad y desengaño
arropada en el rescoldo de la amistad cautivado
me acompañó en el camino sus amorosos regalos
el olor de la aceituna se desprendía de los campos
con molinos en la orilla que a la espalda iba dejando
los aromas embriagaban nuestro más profundo ánimo
despertando los sentidos hasta entonces ocultados
el camino se termina como se termina el canto
las golondrinas emigran a otras tierras y otros campos.
y los recuerdos se archivan en los oscuros retablos
de los viajes adormecidos en aquellos tiempos pasados, aquí quedan dormidos, a oscuras y esperando que alguien los despierte, para ser recordados.