El autor se muestra crítico con la dependencia que tenemos del reloj y la forma en que este nos hace sentir atrapados. 

¿Hasta cuándo vamos a mantener nuestra mente en control automático? ¿Hasta cuándo vamos a estar soportando una sociedad que no nos gusta? Una sociedad deshumanizada desprovista de empatía y llena de perjuicios, enferma de obsesiones ridículas y desprovista de la esencia real de la vida, adormecida y envenenada por los medios de comunicación o mejor dicho, por los medios de manipulación de masas, que nos llevan como un rebaño de cobardes autómatas hacia donde unos pocos les interesa.

¡Despertemos Señores! Ellos no tienen el control sin que nosotros se lo cedamos. Digamos basta a una sociedad dividida entre absurdos conceptos aprendidos de los reyes de la manipulación, de los vendedores de humo, de los ilusionistas farsantes que nos encandilaron con sus trucos baratos y nos hicieron creer que no somos nada.

Hoy aquí, os voy a demostrar que nosotros tenemos el poder y podemos llegar a tener el control. Somos capaces de mantenerlo en la consulta del psicólogo, cuando solo le dejas entrar a nuestras mentes, hasta allí donde nosotros decidimos no más allá.

Solo hasta donde tú permites y si esto es justo así, ¡que lo es!

¿Porque les permitimos a ellos que nos convenzan de lo que necesitamos? ¿de cuáles son nuestros deseos o de cómo educar a nuestros hijos? ¿Cómo vestir o qué comer? 

Es un absurdo dejar en manos de unos pocos nuestro futuro y el futuro de las nuevas generaciones, porque señores, nos están llevando al abismo, a una autodestrucción segura aunque autocontrolada.

Para ellos no necesitamos saber ni aprender cosas interesantes  que puedan despertar el gran potencial que tenemos dentro de nosotros, porque si fuese así perderían el control de la situación y caerían como un muro gigantesco y duro rompiéndose en mil pedazos como la gran losa que son.

Porque amigos míos, son una terrible losa para la sociedad y ya no podemos seguir bajo su sombra. No sin acabar mutilados y aplastados nosotros también.

Despertar es la única salida que nos queda como sociedad y como seres humanos ya no quedan trincheras donde esconderse. Solo nos queda darles la espalda, abandonarlos a su suerte y empezar a construir desde cero un nuevo mundo enseñando en la escuela materias que sirvan para que nuestras sociedades sean críticas, responsables y creativas. Materias que aporten un valor añadido para enseñar a los jóvenes a convivir, a descubrir sus dones y talentos y así conseguir una sociedad que no se fanatice facilmente, mas honesta, mas justa y sobre todo más feliz.